Reserva ovárica: qué es, qué causa su disminución y cómo la se calcula

La reserva ovárica es un término que ha ganado relevancia en el ámbito de la salud reproductiva femenina. A medida que la sociedad evoluciona y las mujeres posponen la maternidad, la comprensión de la reserva ovárica se ha convertido en un factor crucial para aquellas que desean planificar su fertilidad.

¿Qué es la Reserva Ovárica?

Cuando hablamos de Reserva Ovárica nos referimos al número de óvulos que te quedan. Sí, porque las mujeres tenemos los óvulos contados, un número finito. De ahí que tengamos que ser conscientes de su importancia si queremos ser madres, o si en algún momento hemos querido serlo (por si nos vuelven las ganas).

Siendo más exactos, la Reserva Ovárica indica la cantidad de ovocitos contenidos en los ovarios femeninos, que serían capaces de madurar y ser ovulados.

¿Cómo saber qué reserva ovárica tengo?

Para calcular la reserva ovárica lo más recomendable es acudir a un especialista. Es tan simple como realizar:

• Ecografía ginecológica con recuento folicular. El recuento es más fiable si se hace al inicio del ciclo menstrual.
• Analítica hormonal y bioquímica.

La analítica de sangre sirve para determinar los niveles de la hormona antimulleriana, y así conocer la cantidad de folículos disponibles.

Unos valores entre 0,7 y 3,5, podrían considerarse normales dependiendo de la edad de la paciente. Por ejemplo, con 34 años el valor de 2,7 es un buen indicador. Una reserva ovárica a los 40 años puede presentar variaciones significativas, y valores inferiores a 1,0, lo que sugiere una disminución en la cantidad y calidad de los óvulos disponibles.

Una buena reserva ovárica se relaciona con mayor posibilidad de embarazo, y nos indica que es un buen momento para la Preservación de la fertilidad, si te planteas la maternidad cómo un proyecto de futuro, y no un proyecto inmediato.

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¿Qué puede causar que disminuya mi reserva ovárica?

Todos estos factores, desde los más livianos como los hábitos de vida (que son común a todos nosotros) pueden marcar la diferencia entre una mejor o peor reserva ovárica, por eso y en consecuencia la menopausia ocurre a diferentes edades.

• La edad es el factor más influyente por excelencia. A más edad, menor cantidad de ovocitos (por regla general) y menor calidad de óvulos.
• Tratamientos quirúrgicos y médicos, sobre todo los relativos al cáncer, como radioterapia o quimioterapia.
• Estrés.
• Contaminación ambiental.
• Hábitos de vida poco saludables: mala alimentación, falta de actividad física.
• Obesidad.
• Consumo de drogas, alcohol, tabaco, exceso de cafeína.
• Patologías como endometriosis, síndrome de ovario poliquístico e infecciones pélvicas.

Cuando la reserva ovárica se agota antes de lo esperado, se conoce como menopausia precoz o fallo ovárico precoz.

La edad, un factor determinante para la Reserva Ovárica

Generalmente a mayor edad, menos ovocitos disponibles y con peor calidad. La edad siempre será un factor determinante para la reserva ovárica, aunque veremos que hay más factores que pueden influir, afectar o repercutir en esta.

Cada mujer nace con un millón de ovocitos en sus ovarios, aproximadamente, la cantidad exacta para cada mujer se determina en el quinto mes de gestación. Es decir, estando en el vientre de nuestras madres, en el quinto mes, se determinaron el número que íbamos a tener de partida.

Este número va disminuyendo, poco a poco, y luego más rápidamente, desde el momento de nacer, y después de cada ciclo de ovulación (desde la primera regla hasta la menopausia).

A lo largo de la vida, la mujer tendrá unas 400-450 menstruaciones, lo que supone apenas unos pocos ovocitos. ¿qué pasa con el resto? Que se degradan, no llegan a madurar, no llegan a ser ovulados, así hasta llegar al agotamiento, nos quedamos con la reserva vacía, entre los 45-55 años, empezando otra etapa: la menopausia.

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En base a esto, decir que el período más fértil en la mujer se encontraría entre los 16 y los 35 años. A partir de esa edad (siempre hablando de media), la posibilidad de quedar embarazada de forma natural con resultado de un bebé sano disminuye progresivamente, y a partir de los 40 años, más todavía.

Y no hay que tener en cuenta sólo la cantidad, sino también la calidad de los ovocitos (tanto morfológica como genética), que también disminuye con el paso de tiempo de forma significativa, lo que daría lugar a mayores probabilidades de aborto, malformaciones en el feto y enfermedades congénitas (sin necesidad de ser hereditarias).

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