¿Qué no debes decir a una mujer que busca el embarazo?

Muchas parejas quieren planificar un embarazo y no les resulta fácil quedarse embarazadas, y no lo quieren comentar en el entorno por miedo a comentarios inoportunos o para no tener la presión añadida de familiares y amigos “ansiosos” por escuchar la buena noticia.

El caso es que las personas que no han pasado por una situación similar, a veces resultan muy empáticas y sus consejos pueden resultar acertados y llenos de energía positiva. Pero otras veces, por más que sean bien intencionados, hacen que las personas que sufren infertilidad, se sientan sumamente incomprendidas.

Mensajes que debes evitar decir a personas que buscan quedarse embarazadas

A continuación, vamos a indicar algunos de los mensajes más frecuentes que tienen un efecto negativo si la mujer que lo escucha no está consiguiendo quedarse embarazada.

“Para quedarte embarazada tienes que relajarte”

La mujer puede pensar que ella, al no conseguir relajarse, es la culpable de no quedarse embarazada. El sentimiento de culpa no solo no relaja, sino que aumenta la presión y por tanto el estrés, por lo que la situación no hace más que empeorar.

Un elevado nivel de estrés es perjudicial para la salud en general y tampoco ayuda a la fertilidad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchas mujeres consiguen el embarazo en situaciones estresantes nada favorables o tienen profesiones que requieren un nivel alto de estrés y sin embargo se embarazan.

Una alternativa a este mensaje es ofrecer a la mujer un plan divertido que mantenga su mente distraída. La risa es la mejor terapia relajante.

“Seguro que te vas de vacaciones y vuelves embarazada. A la hija de mi vecina le pasó”

Las vacaciones en sí, no embarazan. La “hija de una vecina” no es un caso suficientemente representativo y solo aumentará la frustración de la mujer que piensa que “todo el mundo se embaraza, menos ella”.

Las mujeres infértiles también se van de vacaciones y pocas veces les funciona. Las vacaciones por lo general, proporcionan unas circunstancias favorables (estamos más relajadas, con mayor sensación de bienestar, aumentan las relaciones sexuales, recargamos energía ……), pero si de verdad existe un problema real de infertilidad, las vacaciones no son la solución.

“Vivirás mejor sin hijos”

Es una opinión muy respetable, pero muy personal. Las mujeres que llevan tiempo intentando tener un hijo, han sopesado bien las ventajas y los inconvenientes de tener un bebé, y por lo general, tienen muy clara su decisión. Tienen un fuerte instinto maternal que les han llevado a realizar en ocasiones grandes esfuerzos y sacrificios para formar la tan deseada familia.

“Te estas obsesionando con la idea de quedarte embarazada”

El luchar por conseguir un objetivo que se desea mucho se puede llegar a convertir en una obsesión, en especial, si todo el mundo alrededor parece alcanzarlo con facilidad y a nosotros nos cuesta mucho.

De todas maneras, a nadie le gusta que le digan que está “obsesionado” con algo. El término es peyorativo y poco adecuado a la situación. A veces, las personas que no han pasado por el proceso de infertilidad no se imaginan la angustia que puede generar una situación de infertilidad.

Muchas mujeres tienen dificultades para quitar este pensamiento de la cabeza y es por ello que buscan información sobre el tema, apoyo en personas que hayan pasado por lo mismo, opiniones de profesionales, documentación sobre pruebas diagnósticas, técnicas, resultados, etc y es justo esta lucha (algunos lo llaman obsesión), la que les lleva a lograr su sueño de ser madres.

“Aún eres joven, ahora la gente se embaraza con 45 y hasta 50 años!.”

Probablemente la persona que escucha este mensaje no desea ser madre con 45 o 50 años, sino en este momento. También habría que conocer en qué circunstancias han sido madres esas personas, pues que las mujeres que han vivido la maternidad cerca de los 50 años, en su mayoría, no han pasado por un camino fácil.

Actualmente existe la idea de que con tratamientos médicos se puede ser madre a cualquier edad. Las clínicas de reproducción asistida en España, por lo general, admiten mujeres hasta los 50 años de edad, pero en la mayoría de los casos, a partir de los 43 años (dependiendo de cada persona), se suelen utilizar óvulos donados por una mujer joven, es decir, que los descendientes no lleven la carga genética de la madre.

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Los resultados de esta técnica en cuanto a tasa de embarazo son muy alentadores, pero las gestaciones en mujeres mayores de 45 años tienen sus riesgos. Es por tanto importante conocer la situación a la que se enfrentan estas mujeres, antes de banalizar el tema de ser madre a cualquier edad.

“Si has abortado es que el bebé no venía bien, mejor ahora que más tarde”

Aunque este mensaje sea cierto, ya que un alto porcentaje de embriones con anomalías cromosómicas detiene su evolución en una etapa temprana de la gestación, esto no sirve de consuelo para quien ha perdido un bebé.

Por lo general, y a pesar de los miedos, pensamos que el embarazo se culminará con hijo sano, al que empezamos a querer desde que es concebido (o incluso antes si es un hijo muy deseado o que procede de una larga búsqueda).

Hay mujeres que después de un aborto, no se sienten comprendidas por su entorno, o por una sociedad que no siempre empatiza con el intenso dolor que genera la pérdida de un bebé no nacido, por el hecho de que no se ha llegado a conocer, y sobre todo si se ha perdido en las primeras semanas de gestación, o la mujer es joven y puede se volver a embarazar.

Tampoco nos solidarizamos con el dolor de perder uno de los bebés de un embarazo múltiple, si sobrevive el otro embrión, pero hay que entender que cada hijo tiene su lugar en el proyecto de vida, desde que se conoce que la gestación será gemelar.

Si escuchas alguno de estos mensajes u otros similares y no te sientan bien, piensa que se hacen con la mejor intención, las personas de tu entorno intentan apoyarte y no siempre se sabe cual es la mejor manera de hacerlo. Por eso, es mejor fijarse en el afecto que hay detrás de las palabras que en el mensaje en sí.