La gestación subrogada es un tema que últimamente ha generado mucho debate y controversia en la sociedad española, tanto por razones legales, como éticas y emocionales.
¿Qué es la gestación subrogada?
Entendemos por gestación subrogada, el proceso mediante el cual una mujer gesta el bebé de otra persona (padres o madres de intención), para entregarlo una vez haya nacido.
Generalmente la mujer gestante percibe una compensación económica por este proceso, aunque no siempre es así, como ocurre en los países donde se permite la gestación por parte de familiares de los futuros padres, y donde la única motivación es ayudar al familiar (hija, hermana, prima etc) que no puede gestar.
Este proceso se conoce también como “vientre de alquiler” o “maternidad subrogada”, términos inadecuados, ya que ni las partes de la anatomía se pueden alquilar, ni la maternidad es subrogable.
La gestación subrogada parte siempre de un tratamiento de reproducción asistida, donde a la mujer gestante se le implantan uno o más embriones generados a través de una fecundación in vitro en una clínica especializada.
¿Pueden inscribirse los niños de gestación subrogada en España?
Según el diario El País, “El Gobierno cifra en 979 los hijos inscritos entre el año 2010 y el 2016 por gestación subrogada, pero la cifra dista sensiblemente de las estimaciones de asociaciones y agencias partidarios de esta práctica, que calculan que cada año son entre 800 y 1.000 niños” (Datos publicados por El País, 8 Noviembre 2017).
En estos momentos nos encontramos ante un vacío legal a la hora de inscribir a estos niños en el Registro español, ya que hay disparidad de criterio entre la Fiscalía y la Dirección General de los Registros y del Notariado, que a pesar de que la Ley no permite la Gestación Subrogada, está inscribiendo con normalidad la mayoría de casos, según la Revista Ser Padres.
No obstante, el proceso es dificultoso, ya que se reconoce al padre biológico, pero la madre debe adoptar al bebé, aunque este haya sido engendrado con su propio material genético (óvulos).
Pero al margen del debate legal, la gestación subrogada sobre todo genera controversia a nivel ético, ya que son muchas las personas que piensan que es cruel “arrancar” a un bebe a la mujer gestante, una vez que ha dado a luz y este colectivo generalmente sostiene que las mujeres que se prestan, lo hacen por una extrema necesidad económica, que no les permite elegir con libertad y por tanto consideran que se está explotando a las mujeres.
Hay otro colectivo, que está a favor de esta técnica, basándose en que las mujeres no lo hacen exclusivamente motivadas por temas económicos, sino por un deseo altruista de ayudar a otras personas a conseguir su sueño de ser padres o madres.
Aunque la cuantía económica recibida obviamente les compensa los gastos médicos, y molestias ocasionadas por el embarazo y parto, hay gestantes con solvencia económica que no necesitan esta retribución para hacer frente a su vida cotidiana.
Muchas de estas mujeres han vivido de cerca casos de infertilidad en su entorno y son conocedoras del sufrimiento que conlleva no poder ser padres, es por ello que se animan a gestar el hijo de otras personas.
También hay mujeres para las que sus propios embarazos han supuesto una experiencia gratificante y no deseando ser madre de nuevo, si quieren hacer ese proceso para futuros padres, conscientes de que prestan su vientre para un hijo que no sienten como suyo, y que solamente lo acogen 9 meses.
Cabe destacar, que la mujer gestante generalmente no aporta los óvulos propios, sino que gesta un embrión procedente de los gametos de los padres de intención o bien de donantes, por lo que el bebé no llevará su material genético.
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