La fertilidad femenina es un proceso complejo que involucra una serie de sistemas y órganos en el cuerpo de la mujer. Uno de los componentes críticos que puede influir significativamente en la capacidad de concebir es la glándula tiroides.

Esta pequeña pero poderosa glándula ubicada en la base del cuello juega un papel crucial en la regulación de numerosas funciones corporales, incluida la reproducción.

Exploremos la conexión entre la tiroides y la fertilidad femenina, comprendiendo cómo los desequilibrios tiroideos pueden afectar este proceso tan importante.

¿Cuáles son las hormonas tiroideas y su función?

La glándula tiroides produce hormonas fundamentales como la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3), las cuales desempeñan un papel vital en la regulación del metabolismo y el equilibrio energético del cuerpo.

La cantidad adecuada de hormonas tiroideas mantiene el metabolismo a un ritmo sano para ayudar al cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos a funcionar bien.

Un metabolismo equilibrado también garantiza una temperatura, frecuencia cardíaca, nivel de energía y tasa de crecimiento adecuados.

¿Qué tiene que ver la tiroides con la fertilidad?

La influencia de la tiroides se extiende más allá de las funciones que explicamos en el apartado anterior. Las hormonas tiroideas también desempeñan un papel esencial en la reproducción, afectando la ovulación, la implantación del óvulo fertilizado y el desarrollo del embarazo.

Hipotiroidismo y su Influencia en la Fertilidad

El hipotiroidismo es una condición en la cual la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas. Esta falta afecta directamente el sistema reproductivo, comprometiendo varios aspectos del proceso de concepción.

En primer lugar, el hipotiroidismo puede conducir a la anovulación, un fenómeno en el cual los ovarios no liberan un óvulo durante el ciclo menstrual. La ausencia de ovulación o ciclos menstruales irregulares puede dificultar enormemente la concepción.

Además, el hipotiroidismo puede alterar el equilibrio hormonal necesario para el mantenimiento de un ambiente uterino favorable. Esto puede afectar la implantación del óvulo fertilizado en el útero y aumentar el riesgo de abortos espontáneos en las mujeres embarazadas con hipotiroidismo no tratado.

El hipotiroidismo subclínico (TSH elevado con T4L normal) también se ha descrito como factor causal de infertilidad, aunque ha este respecto faltan estudios controlados.

Lo que sí está claro, es que la presencia de autoinmunidad tiroidea incrementa el riesgo de aborto entre 3 a 5 veces. Aunque no está del todo claro cuál es la causa de ello.

Por una parte, los anticuerpos antitiroideos podrían ser simples marcadores de un proceso autoinmune más generalizado. Por otro lado, si la autoinmunidad tiroidea confiere cierta dificultad para concebir, las mujeres con autoinmunidad tiroidea tendrían gestaciones a edades más avanzadas y éste sería el factor determinante en el aumento de la frecuencia de abortos.

Las enfermedades tiroideas son especialmente prevalentes en mujeres en edad reproductiva.

Hipertiroidismo y su Impacto en la Fertilidad

Por otro lado, el hipertiroidismo, caracterizado por una producción excesiva de hormonas tiroideas, también puede impactar negativamente la fertilidad femenina. En este caso, los niveles elevados de hormonas tiroideas pueden interferir con la ovulación regular.

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Las mujeres con hipertiroidismo pueden experimentar ciclos menstruales cortos e irregulares, lo que dificulta la planificación para concebir. Además, el hipertiroidismo puede afectar la calidad de los óvulos producidos.

Los óvulos de baja calidad pueden tener dificultades para fertilizarse y desarrollarse adecuadamente después de la fertilización, lo que aumenta las probabilidades de fallos en la concepción y de abortos espontáneos.

Diagnóstico y Tratamiento: las claves para restaurar la Fertilidad

El diagnóstico temprano y preciso de los trastornos tiroideos es esencial para abordar eficazmente los problemas de fertilidad asociados.

Las pruebas de función tiroidea, que miden los niveles de hormonas tiroideas en la sangre, son herramientas fundamentales en este proceso. Las mujeres que están planeando un embarazo o que tienen dificultades para concebir deben someterse a estas pruebas como parte de la evaluación de su salud reproductiva.

El tratamiento para el hipotiroidismo generalmente implica la administración de hormona tiroidea sintética, como la levotiroxina, para restaurar los niveles normales de hormonas en el cuerpo.

En el caso de autoinmunidad con función tiroidea normal, la relación con infertilidad es objeto de mayor controversia. Desde el punto de vista clínico, el tratamiento con levotiroxina está claramente indicado si existe disfunción hormonal tiroidea, aunque sea subclínica, pero no hay datos para recomendar el tratamiento en los casos en los que pese a existir autoinmunidad la función tiroidea es normal.

En el caso del hipertiroidismo, se pueden emplear medicamentos antitiroideos o, en algunos casos, tratamientos más especializados como la yodoablación o la cirugía.

La comunicación abierta y continua con los profesionales de la salud es crucial, ya que el monitoreo constante y los ajustes en el tratamiento pueden ser necesarios para garantizar resultados óptimos.

Además, adoptar un enfoque integral que incluya cambios en el estilo de vida, como una dieta equilibrada y la gestión del estrés, puede complementar el tratamiento médico y mejorar las posibilidades de concepción.

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