En la actualidad, y gracias al avance de los tratamientos oncológicos, más del 70% de los enfermos de cáncer sobreviven a esta enfermedad y la proporción continúa creciendo cada año. Sin embargo, la infertilidad es una de las complicaciones que se deriva de los tratamientos contra el cáncer.

Los efectos de las distintas terapias oncológicas sobre la función reproductiva varían por distintos factores, como la edad del paciente en el momento del tratamiento, el tipo y la localización del cáncer y el tratamiento recibido. Para los varones, los tipos de cáncer con mayor probabilidad de afectación sobre la fertilidad masculina son el cáncer testicular y el de próstata, el linfoma de Hodgkin y las leucemias.

La fertilidad masculina puede restablecerse parcialmente, aunque es prácticamente imposible determinar cuándo y en qué pacientes se producirá esa recuperación. Gracias a los avances en el campo de la reproducción asistida, hoy contamos con numerosas opciones que permiten la paternidad a estos pacientes.

Por ello, es fundamental recibir una correcta información sobre los riesgos que entrañan los tratamientos oncológicos sobre la futura fertilidad y qué métodos existen actualmente para preservarla.

¿Qué tratamientos pueden afectar a la fertilidad masculina?

La infertilidad puede estar ocasionada por cualquiera de los distintos tratamientos oncológicos empleados en la actualidad:

  • Quimioterapia. La quimioterapia actúa sobre todas las células en división del cuerpo, destruyendo tanto las tumorales como las sanas que estén en división, como son las germinales. Por tanto, uno de los potenciales daños secundarios de estos tratamientos es la afectación del sistema reproductivo.
  • Radioterapia. La radiación de la próstata o de los testículos puede causar infertilidad o en muchos casos, esterilidad permanente. En algunos varones es posible recuperar la fertilidad tras unos años, pero dependerá de diversos factores como son la localización, intensidad, y duración de la radiación.
  • Cirugía. En el caso de que sea necesario extraer ambos testículos (orquiectomía bilateral) no hay posibilidad de mantener la fertilidad masculina, y si la extracción es de un solo testículo, ésta puede verse afectada en distinto grado.

Opciones para mantener la fertilidad antes del tratamiento

La opción más adecuada para preservar la fertilidad en varones es la crioconservación de una muestra de semen antes del tratamiento.

Mediante la congelación de semen podemos conservar por un largo periodo de tiempo muestras de espermatozoides procedentes tanto del eyaculado como del testículo o epidídimo, manteniéndolas a muy baja temperatura (-196ºC) hasta su descongelación y posterior utilización. Para garantizar la fertilidad masculina en el futuro, es necesario mantener un protocolo de actuación eficaz:

  1. La crioconservación debe realizarse tan pronto como sea posible, por lo que es fundamental una correcta coordinación entre las unidades de oncología y reproducción asistida.
  2. Entrevista con el paciente y exploración urológica, para conocer las características clínicas actuales que pueden afectar a la espermatogénesis. Al realizar a congelación, también se llevará a cabo el estudio seminal de la muestra.
  3. Es conveniente dejar más de una muestra para aumentar la posibilidad de éxito.

Existen otras técnicas para preservar la fertilidad en varones que se encuentran en fase experimental como la protección del tejido gonadal mediante fármacos en pacientes que han sido tratados antes de la pubertad o la vitrificación de espermatozoides.

Opciones para mantener la fertilidad después del tratamiento

En el caso de que no se haya crioconservado semen previamente, las opciones reproductivas dependerán de si se produce recuperación espermática, por lo que siempre es importante realizar estudios de función testicular después del tratamiento oncológico (la producción espermática puede tardar varios años en producirse).

  • Recuperación espermática normal. Supone la situación óptima, aunque desgraciadamente no es la más frecuente, ya que no supera habitualmente el 20 – 30% de los casos. Si ocurriera esta recuperación espontánea, lo más adecuado es tratar de obtener una gestación por medios naturales, aunque es conveniente esperar unos meses tras el tratamiento.
  • Recuperación de la función testicular pero con la calidad seminal alterada. Las posibilidades de obtener gestación se encuentran disminuidas. En estos casos, y antes de comenzar a realizar tratamientos de reproducción asistida, es conveniente realizar un estudio exhaustivo del semen con el fin de descartar alteraciones seminales que impidan o reduzcan la probabilidad de gestación. Así, dependiendo de la calidad seminal que presente el individuo, se podrán realizar distintos tratamientos de reproducción asistida.
  • No recuperación de los espermatozoides. Gracias al avance de las técnicas de cirugía y de reproducción asistida, en la actualidad entre el 20 – 45 % de los pacientes que no presentan recuperación espermática (azoospermia) pueden conseguir un embarazo mediante la extracción de espermatozoides testiculares y posterior tratamiento de ICSI.

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